Tomo el último sorbo de agua que queda y me dejo caer al piso. Siento el mareo aun con los ojos cerrados. Los abro e intento fijar la mirada en la luz violeta que emana el lector de palmas. Me arrastro hasta el sillón. Los brazos apenas responden en el intento por subirme, y resbalo. Me agarro fuerte del apoyabrazos y doblando las piernas logro sentarme. Acerco la mano al lector de palmas y me quedo mirándola, intentando hacer foco. Puedo sentir el calor que emana la luz violeta. Alejo la mano. Y la vuelvo a acercar, despacio. La alejo y la acerco. Y cierro el puño y lo agito en lo alto.
—¿Esto es lo mejor que tienen? ¿Eh? ¿Se piensan que pueden ganarle al gran Naroto?
Una carcajada carrasposa me brota de las tripas y me desparramo en el sillón sin poder parar de reírme. Me duele el estómago por el espasmo y algo en el pecho se estruja, me nace el llanto de los ojos y ahora la risa es un quejido, que se vuelve más un lamento, cada vez más una melodía, una canción.
—Sir Naroto va a morir,
eso es un credit de loser;
morir es una conducta
que saben tener los users.
Y sin embargo me duele
decirle adiós a lo odiado,
ese asco que es tristeza,
tan amargo y tan preciado.
Miro en lo oscuro mis manos,
la luz violeta en mis venas;
con extrañeza las miro
como si fueran ajenas.
Vendrán los últimos ciclos
con los ciclos el olvido;
lo dijo el sabio humorista:
morir es haber reído.
¡Cuánta cosa en su registro
este user habrá visto!
Quién sabe lo que verá
después que se haya ido.
Sir Naroto va a morir,
eso es un credit de loser;
morir es una conducta
que saben tener los users.