En medio de la oscuridad, su cerebro de lagarto le dio tres retazos de información: que era lunes, que eran las seis menos cinco y que tenía que trabajar. Se incorporó. La cama se le despegó vértebra por vértebra y el suelo lo recibió helado. Tanteó en la oscuridad, demasiado cerrada, demasiado húmeda. ¿Emilia? La [...]