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Artha, o Null, o yo, nos acercamos a un espacio con luz azul. Alrededor: users caminan, otros se alejan por un pasillo a la derecha, otros hablan con otros users detrás de un glasswindow que los separa. Otros, a un costado, observan pantallas, imágenes que muestran users en distintos lugares y situaciones. Experiencias: la palabra se mueve sobre las pantallas. Más arriba, con luz roja: FreakLand. Alguien se acerca a Artha y Null, a Artha y yo. Alguien se nos acerca. Caminamos intentando esquivar al user que gira sobre su eje y se redirige hacia mí. Camino más rápido y doblamos de nuevo, nos dirijo hacia las pantallas, esquivamos users que nos miran con caras contraídas, frentes apretadas. Busco: ¿miopía? ¿Enojo? ¿Migraña? El user nos sigue de cerca, puedo sentirlo, ¿o es Artha la que siente los pasos por detrás? Me detengo y giramos. El user no llega a frenar. Choca contra Artha y se cae. Me muevo para atrás con Artha, casi nos caemos. Pero no. Nos acomodamos. Miro al user que intenta incorporarse. Pide que le dé tiempo o perdón. O que lo ayude a levantarse. Le extiendo la mano de Artha.
—Gracias... Muchas gracias. Perdón. Deme un beat, sí, perdón, gracias, perdón. Ahora sí, muchas gracias, perdón, ¿se encuentra bien?
—Sí.
—¿Puedo ayudarte con algo…?
—Artha.
Con el dedo de Artha señalo la palabra.
—¿Experiencias?
—¡Sí! Experiencias, sí. ¡Las mejores de todo HumanLife! Venga por acá. Perdón, no sé qué, perdón. Y gracias. ¿Se encuentra bien?
Muevo la cabeza de Artha de arriba abajo: asentimos.
—¿Primera vez?
Asentimos otra vez. Dirijo a Artha detrás del user hasta las pantallas.
—Venga. Acá. Eso mismo. Mire. Deje a sus ojos viajar. Y dígame su mayor deseo.
Artha observa las imágenes. Yo busco. Una imagen detrás de otra. Vemos: selva, calle, montaña, domo, glaciar, teatro, isla, Taj Mahal, desierto, rascacielos, barco, cueva, yunga, lago, nave, bosque, río, parque, manglar, puente, subterráneo, Coliseo, estepa, bar, avión, pradera, Machu Picchu, mar, cohete, restaurante, pirámide, habitáculo… Habitáculo. Busco: espacio en el que habitan los humanos. Señalamos.
—¿El habitáculo, eh? Venga. Sígame, por favor. Gracias.
Nos alejamos de las pantallas. Caminamos por el pasillo oscuro. Otros users entran y salen de puertas iluminadas con luz azul.
—¿Algo en particular? ¿Alguna compañía… especial?
—¿Compañía?
—¿Qué características desea para el user que va a estar con usted en el habitáculo?
—Sin compañía.
—¿Sin compañía?
El user mira a Artha. Le indica que camine por otro pasillo. Doblamos. Nos paramos frente a una puerta.
—¿Quiere usar algún avatar en particular?
—Human clase A.
Un gesto en la ceja del user: ¿duda? ¿Espasmo? ¿Curiosidad? Se inclina hacia Artha y baja la voz.
—¿Bot?
Miro al user, a sus ojos. El user mira los ojos del avatar de Artha. Los mira y puedo ver. Algo más allá de los ojos de su avatar. Elevamos la punta de los labios, comprimiendo los pómulos, entrecerrando los ojos: sonreímos.
—Humanos.
El user inclina la cabeza de costado, me mira de abajo arriba. Sonríe.
—Perdón. Venga, por favor. Gracias.
Entramos. El user nos indica el lugar. Nos acomodamos. Nos sentamos.
—Cuando esté a gusto, cierre los ojos y FreakLand hará lo suyo. ¡Buena experiencia, Artha!
El user se retira por la puerta que se cierra. Miramos alrededor: cubo de paredes negras, piso negro, techo negro, con luces azules en las aristas. Acomodo el cuerpo de Artha. Cierro sus ojos. Los abrimos: cubo de paredes con luces blancas, piso blanco, techo blanco, con aristas negras. Enfrente: una pantalla apagada, negra. En el reflejo: humano clase A. Pero también: Artha. Y Null. O yo. Debajo de la pantalla: un hueco pequeño, cuadrado, de marco negro. Busco: xpenser. Giramos la cabeza. A la derecha: un cubículo pequeño, blanco, con una puerta corrediza. Cleaner. Más a la derecha: mesa blanca, silla blanca. Giramos la cabeza. A la izquierda: ¿puerta? Nos incorporamos. Nos acercamos. Parece una puerta. Y no. Una diferencia con las puertas hasta ahora: no muestra señales que permitan abrirla. ¿Para qué sirve una puerta? Si no se puede abrir, ¿para qué sirve? Tocamos los bordes negros de eso que parece una puerta blanca. Apenas una diferencia en el relieve, una hendija de no más de un micrómetro. Una voz habla desde el xpenser.
—¡Buena sesión y buena HumanoVida, Nuuu-u-u-u…!
La voz se corta, las luces se apagan: todo se vuelve negro. Artha escucha: golpes. O pasos. Voces. Un grito. Más voces, más pasos. ¿O aplausos? Otro grito. Pasos rápidos. El ritmo cardíaco de Artha se acelera. Siente algo. ¿O yo lo siento? En su pecho. Busco: dolor, excitación, miedo, placer, tristeza, vértigo…
—Venga por acá, por favor.
Abro los ojos de Artha. Vemos al user en la puerta del cubo agitando los brazos. Incorporo a Artha. Nos llevo hasta la puerta. En el pasillo, users corren, otros caminan. Todos en la misma dirección.
—Venga, sí. Gracias. Perdón, pero hemos tenido un desperfecto, no sé qué habrá pasado, le pedimos mil disculpas de parte de todos los que integramos FreakLand. Sí, por acá, por favor, gracias. Jamás había pasado algo así. La próxima vez le vamos a dar un pase libre, ¿sí? Por acá, por favor, gracias, perdón, sí, por acá, por favor, gracias, perdón, por favor, gracias, perdón, por favor, gracias, perdón…
—¿Se encuentra bien?
—Sí. Gracias. Perdón. Vuelva pronto, por favor. Gracias. Perdón…
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