Hola! Espero que este mail te encuentre bien. A mí me encuentra de vuelta de vacaciones.
Este respiro, para mí, implicó dos cosas que son una sola: desconexión de lo inmediato y perspectiva.
10 días de emancipación temporal de un presente de reactividad constante, 10 días de alejarse un poco de un entorno de total incertidumbre, que hace que sea tan triste como relevante absorber y reaccionar a los estímulos de un sistema que cambia aceleradamente. 10 días de no pensar en la suba o baja del dólar, la alerta meteorológica por eventos excepcionales que pasan todas las semanas, la progresiva fractura del contrato social, la escalada de conflictos armados, el avance de un genocidio y la penetración de potencias extranjeras sobre nuestro territorio fluvial y marítimo.
No sabía cuánto pesaba la crisis en presente contínuo hasta que me la saqué de encima 10 días y pude conectar con las dos escalas de tiempo que extrañaba: el ahora pequeño, personal, no reactivo, y el presente ancho, complejo, respirable solamente en bocanadas largas, de esa que marean.
Tengo la sensación de que a Greta le pasó algo parecido.
Hay una fábula india de la que se hace uso y abuso al hablar de sistemas complejos:
Un grupo de ciegos escuchó que un extraño animal, llamado elefante, había sido traído al pueblo, pero ninguno de ellos era consciente de su figura y forma. Por curiosidad, dijeron: "Hay que inspeccionarlo y conocerlo al tacto". La primera persona, cuya mano se posó en la trompa, dijo: "Este ser es como una serpiente gruesa". Para otro cuya mano llegaba a su oreja, dijo que parecía una especie de abanico. Otra persona, cuya mano estaba sobre su pata, dijo, el elefante es un pilar como el tronco de un árbol. El ciego que puso su mano en su costado dijo que el elefante "es una pared". Otro que sintió su cola, lo describió como una cuerda. El último sintió su colmillo, indicando que el elefante es lo que es duro, liso y como una lanza.
La fábula hace su trabajo en describir el desafío de absorber la complejidad. Lo que nunca entiendo es por qué los ciegos no se hablan entre ellos para descular lo que es un elefante completo, o por qué ninguno se toma un cachito más de tiempo y tantea por fuera de su inmediatez.
Sé que yo, por lo menos, quiero tomar el riesgo de manosear el elefante completo, aún a riesgo de describir un rinoceronte, o de que me patee, porque con una serpienteabanicotroncocuerdalanza seguro seguro no llegamos a ningún lado.
Desde ya que no soy ni el primero ni el más despierto en tratar de dar ese paso, pero darme cuenta de que estaba atravesando ese proceso me hizo recontextualizar un tuit que me volví a cruzar después de un tiempo largo:
La jovencísima Greta parece haber visto algo más allá de la serpienteabanicotroncocuerdalanza, así que me fuí a buscar las declaraciones originales.
No hay “vuelta a la normalidad”. “Normal” fue el “sistema” que nos dio la crisis climática, un sistema de “colonialismo, imperialismo, opresión, genocidio”, de “extraccionismo racista y opresivo”. La justicia climática es parte de toda justicia; no puedes tener uno sin los demás. No podemos confiar en que las elites producidas por este sistema enfrenten sus fallas. Sólo será suficiente el derrocamiento de “todo el sistema capitalista”. (Greta Thunberg throws in her lot with the anti-capitalist Left - UnHerd).
Greta no solamente ve emerger al elefante, sino que quiere su cabeza en la pared. Entre revolución y reforma, ella ya parece haber elegido. Yo, por mi lado, no estoy seguro de poder matar al elefante. Ni siquiera estoy seguro de poder pensarlo como un elefante, sino más bien como otra cosa: un simbionte de escala civilizatoria.
Le debo el contorno del simbionte a varios ciegos con mucho mejor tacto que yo: Nancy Fraser y Alejandro Galliano.
La primera es la aurora de ‘Capitalismo Canibal’, uno de los libros en los que me pude perder con los pies en la arena y el mar en los oídos. Ella dice que para entender el capitalismo tenemos que verlo como un “orden social institucionalizado” a la par del feudalismo. Propone una comprensión más amplia del capitalismo que no se centre exclusivamente en la propiedad privada, los medios de producción, el trabajo asalariado y la acumulación. Fraser identifica las tensiones inherentes al capitalismo en cuatro áreas clave, que sirven como sus condiciones de posibilidad de fondo: la reproducción social, la naturaleza no humana, la explotación y expropiación de riqueza de personas mayormente racializadas y en países con esquemas coloniales y el poder público. Si un atributo definitorio de las sociedades capitalistas es que aíslan las relaciones sociales no económicas de la producción económica, el trabajo de Fraser sirve como correctivo: exige adoptar una visión más integral, que me hizo visible cómo la opresión de género, la dominación racial/colonial y la destrucción ecológica no son incidentales a la forma actual del capitalismo, sino que están estructuralmente arraigadas en él.
La necesidad de pensarlo como forma actual, la idea de que ‘el capitalismo’ es un término insuficiente y necesitado de plurales, me la dio Ale Galliano. A él pude no solamente leerlo en ‘¿Por qué el capitalismo puede soñar y nosotros no?’ (editado por Siglo XXI), sino que tuve una posibilidad mucho más interesante, que fue conversar con él sin reloj, en este episodio de Sherpas. Así pude no solamente ver la sombra del bicho completo, de su influencia en la reproducción social, la naturaleza, los vínculos humanos y la democracia, sino entender sus transmutaciones en el tiempo, los niveles distintos a los que opera, desde la geopolítica, la tecnología o las instituciones.
Ni es externo ni es estático. La figura del elefante no me sirve cuando el bicho a tocar está por encima y por debajo de uno mismo, y respira y muta. No podés clavar un virus a la pared.
Me encanta Nate Hagens, trabaja en la intersección de finanzas y recursos naturales, hace un podcast buenísimo que se llama The Great Simplification, y tiene un par de grandes historias que me sirven para ordenar el presente, uno es el concepto de los "Cuatro Jinetes", para enmarcar los desafíos globales contemporáneos simbolizando amenazas significativas e interrelacionadas para la sociedad.
Estos jinetes representan: 1) el descalce entre el sistema financiero y la realidad termodinámica subyacente, 2) los cambios geopolíticos, 3) la fragilidad de las cadenas de suministro y 4) la erosión de los contratos sociales. Hagens destaca cómo nuestras prácticas económicas insostenibles superan los límites ecológicos del planeta, cómo los cambios en el poder global y la competencia por recursos intensifican las tensiones, la vulnerabilidad de nuestras interconexiones globales manifestada en las cadenas de suministro, y cómo la confianza y la cohesión social se debilitan ante desigualdades crecientes y la inacción frente a desafíos críticos como el cambio climático.
Este enfoque subraya la interconexión y la complejidad de estos desafíos, un enfoque holístico para entender los síntomas que el simbionte le provoca a una civilización que no para de toser.
Encuentro mucha pereza intelectual en las sobresimplificaciones. Venom —el simbionte más famoso del mundo Marvel— no solamente intenta modificar la conducta de Peter Parker para imponer su propia voluntad, sino que también le da poderes extraordinarios. El estado actual del simbionte no es puro bug, y no rescatar sus features sería igual de miope. No me bajé de un avión con la única intención de criticar a Boeing por cómo usa el 96% de sus ganancias en recompra de acciones en vez de usarlo en innovación, entiendo las ventajas de poder sentarnos en una silla en el cielo y cambiar de país en dos horas mientras nos sirven un café, pero eso no me impide ver un presente en el que el futuro se siente progresivamente peor que el pasado a medida que avanzamos. Lo que también creo que somos capaces, como civilización, de aspirar a un sistema que dirija más de sus excedentes de recursos a la innovación que a inflar el valor de las acciones mientras explotan puertas en pleno vuelo.
Claro, justo acá donde iría un remache parece que decidieron ponerle plastilina para maximizar el valor de la acción y cumplir la obligación fiduciaria.
Por eso me interesa ir dándole forma a esta idea. ¿Dónde nos da y dónde nos quita la bestia hoy?
No voy a cuestionar el avance generalizado en las condiciones de vida de los últimos 200 años, o el avance en desarrollo científico y técnico. Ese avance en términos científicos y técnicos seguro ha sido favorable para la experiencia humana. Pero a menudo, ese avance genera grandes ganadores que se vuelven monopolios rentistas y perezosos para la mejora. Miro para atrás y tengo la sensación de que lo que alguna vez fue parte de una máquina de creación hoy parece más una aspiradora de recursos naturales, tiempo humano, estabilidad democrática, calidad de los vínculos humanos y datos, muchos, muchísimos datos.
Una máquina de concentrar poder y capital más rápido de lo que crea valor para la especie humana, más voraz que la capacidad del sistema natural no humano que nos soporta de absorber ese hambre de extracción y acumulación. Una que nos ofrece productos y contenidos antes de que podamos hacernos la pregunta de qué queremos ver, escuchar o tener y cuyo modelo de negocios depende no solamente de predecir nuestros deseos sino de gestionarlos y darles dirección.
Creo que lo que tengo hoy es la sensación de haberle prestado atención al aire y sentir de golpe el peso de la atmósfera. El abrazo de oso de lo total, lo sistémico. La materialidad concreta de la mariposa que aletea en Tailandia y causa tormenta que sacude mi ciudad, y la certeza de que no es una sola mariposa —en la naturaleza, nada crece en soledad--, sino millones, migrando hacia quién sabe dónde, a máxima velocidad y vaya uno a saber con qué impactos.
Hoy me refugio en saber que hay otros ciegos, menos ciegos que yo, y que se la pasan gritandose para tratar de descularle la forma a lo invisible. Mientras tanto, tuve un momento de claridad. Una pequeña epifanía postvacacional, cosas que se te ocurren cuando podés descansar de la máquina. Y decidí que mi tarea, y la de escribir en este espacio, será la de prestar suficiente atención y buscar tener la claridad mental para hacer algo con tantas voces al mismo tiempo.
Este año, el foco de este newsletter será tratar de entender, ordenar y compartir esta transición. Las grandes transiciones. Prestarle atención a un mundo que cambia aceleradamente. Un sistema complejo donde a veces también llueve y se inunda.
Nos leemos el mes que viene.
Pablo